jueves, 3 de noviembre de 2016

Capitalismo patriarcal no concilia.

Salir a trabajar con hijes menores de 3 años es un lujo, tanto por que los salarios a los que se acceden siendo una mujer y madre (que implica poca disponibilidad de tiempo para "le patrón") son bajos y sale mas caro dejar a le hije en la guardería a merced de las enfermedades.

La cuestión es que estamos planteando conciliar algo inconciliable. El esquema laboral actual no permite (ni lo hará) conciliar una vida con personas que requieren nuestros cuidados y atenciones en gran parte del día, porque eso requieren les hijes pequeñxs porque así es el sistema, porque capitalismo patriarcal no esta interesado en el fomento del amor y la comunidad.

Yo no creo en la conciliación vida laboral-vida familiar en este sistema. Considero que lo que hacemos es abrirnos espacios para no abandonarnos y para seguir presentes con les hijes, las parejas, las amistades, nosotras mismas, peleando con todas nuestras fuerzas para no perderse de esto que es la vida.

Así mismo el sistema mismo también está depositando estas exigencias en nuestro ser como mujeres en tanto madres (amorosas, con límites, lactantes, congruentes, fuertes, cariñosas bla bla bla), mujeres (diversas que defendamos nuestros derechos si no seremos criticadas por no hacerlo y si lo hacemos que no nos radicalicemos, que busquemos no perdernos en el camino de la maternidad y del emparejamiento y bla bla bla) como pareja (con roles tradicionales "adaptados" a este esquema social, con triples jornadas laborales, con expectativas sexuales y amorosas incumplidas bla bla bla) , trabajadoras (porque la profesión y el trabajo engrandece dicen, pero si no lo hacemos somos mediocres, ay pobrecitas de nosotras amigas sin trabajo:(bla bla bla).


La conciliación es un mecanismo más para dar de qué hablar y permitir que la inacción y la negación a modificar el sistema siga vigente. 


Capitalismo patriarcal no concilia.

lunes, 25 de julio de 2016

Hoy lloro y es lo mejor que puedo hacer.

Tenía tantas ganas de seguir escribiendo sobre la maternidad desde hace tiempo pero de pronto el cansancio, el bloqueo mental, la desidia, muchas cosas juntas me impedían seguir con esto de desahogar los sentires con la escritura, pero hoy, justo hoy es el día que más necesito echar todo afuera y ahí voy.
Ya mi hija tiene 14 meses y todas las emociones que en este lapso se han sucedido me tienen entre extasiada, confundida y alterada. Me enamoro cada día de manera sorprendente de su sonrisa, de su cuerpo juguetón, sus miradas -es tan expresiva-, sus travesuras y bromas. También me enoja algunas situaciones pero sé que poco a poco podré ir haciéndole entender estos límites que ahora prueba y me molestan. Otra es el miedo, cuando se avienta, se corta, se cae, hace lo que todo huracán podría hacer en su existir, vivir de manera extrema -lo que eso signifique para una beba-.
Por muchos meses me han reconocido la paciencia que tengo, el no estallar, el ser muy relajada en la crianza, en mi soltería, en los sucesos, en los sustos, pero hoy ya no pude, se me junta la emoción de compartir este espacio de vida con ella, de estar sintiendo la muerte de mi mamá, el tenerme que mudar, la falta de tiempo, el cansancio, las ansias de un hombro para llorar, de un abrazo que conforte, de un oído que me escuche y de unas manos que me ayuden a cuidar a mi amor mientras puedo respirar por un minuto.
Hoy comenzó con más de dos horas pegadas a la teta, tenía pendientes de trabajo, salir por comida, hacer la limpieza del depa, recoger todo lo que había tirado, lavar trastes, ropa, todo lo que se requiere para poder estar en calma conmigo, pero ella decidió que quería mucha teta y se prensó y no la soltó, en todo ese momento pasaron por mi cabeza tantas ideas, pensamientos, problemas por resolver, hasta que me llegó la desesperación, me sentí abrumada de que nadie estuviera ahí para pasarme un vaso con agua porque ella dormía pegada a mi teta y no podía levantarme y comencé a llorar, a llorar sin poderme contener y de una manera tan aparatosa, tan abrumadora, tan sonora y con tanta lágrima que solo pude seguirla acariciando en mi pecho y sentir.
No es la soledad, con ella he convivido bien y mal durante años, es el aislamiento, es la incertidumbre, es el no saber para donde ir. Hoy es un día pesado, cansado, hoy lloro y es lo mejor que puedo hacer, no me pidas más mundo o te mando a la mierda.

miércoles, 29 de junio de 2016

He cambiado.

Yorokobi Louis Sabina
Fotografía: Alicia Sabina
Bondage: Arturo Salazar
Las imágenes en esta ocasión no mienten, han sido tomadas para el fin de expresarme, de dejarme ver, para ser en mi piel y eso ha dolido y me ha generado la necesidad de comprender.
Ya no soy la misma de antes, la piel cambió, es la misma, cierto, pero ya no vuelve a ser igual, ha dado vida, ha crecido en amor, en marcas, en huellas y en dolores. Así mismo ha de haber crecido el corazón, pero éste aún sigue adormecido, huyendo del olor inminente, ese dolor que siempre esta ahí, que espera ansioso poder brotar, mostrar las marcas que tiene el alma, que tiene la sed de lágrimas, que le falta la mujer primigenia, que se ha ido mi primer gran amor.

Mi vientre grande, abultado, estriado se muestra sin retoques ante la inmensidad de una imagen que no miente, que se revela inesperada. Mis senos colgados y  lactantes, estriados de tanto alimentar, los pezones engrandecidos, oscurecidos por proceso natural de amamantar.

La piel esta descuidada, los pies y las manos descuidadas, muestran la falta de tiempo, de amor propio, muestran la entrega que se tiene cuando una ama en soledad, no hay tiempo para amar más cuando se exige el todo en el instante, un instante que bastará para trascender.

El rostro, ya no soy la misma, no es el mismo rostro, la sonrisa inocente, juguetona y coqueta ha cambiado, ahora sonrío de felicidad materna, no sé como se explica el cambio, ya se dejan ver los años, no hay arrugas pero se nota la tristeza, el dolor de la pérdida y la satisfacción de la llegada, se notan los años. La mirada reluce cobijadora, comprensiva quizá, arrojada y rabiosa, pero ya no juguetona, infantil ni irascible.

Un ombligo, la cicatriz primera, también cambió, tomó formas diversas, perdió de vista su nido, perdió el sentir de su dueña.

Me observo en partes, me redescubro poco a poco, hay una larga tarea, un largo camino, sanarme, volverme a amar, volverme a desear, duele el haberse perdido, antes era viento, iba libre y arrasaba todo a mi paso. Por ahora soy una masa que da vueltas en círculo, como el oroburus, rodeando el tesoro mientras mi piel golpea la vida para proteger lo mas amado, por ahora no soy yo lo mas amado, necesito sanar.

Pero también observo y ahí esta la piel, la que ha estado dormida, anestesiada, palpita, quiere brotar la nueva mujer, ¿dónde está? ¿Dónde estoy? Escribo todo esto de noche y lloro para que estas lágrimas no me ahoguen al dormir.

Yorokobi Louis Sabina
Fotografía: Alicia Sabina
Bondage: Arturo Salazar


domingo, 12 de junio de 2016

Tengo que seguir

A veces la vida parece una rueda de feria en la que solo te dan vueltas sin parar y sin cinturón de seguridad, solo se siente como la vida te trae para todos lados, dando tumbos entre las paredes que me han encerrado por tantos años, hasta llegar al punto de estar aturdida, de no saber dónde estoy parada, desconocer quien he sido.

A veces simplemente se necesita dejar sueltos los brazos, bajarlos y dejar de pelear contra las circunstancias, si no se acciona no se puede hacer reclamos póstumos. 

La vida me pone ahora en esta novatada tan cabrona, tan cruel y tan excitante, tengo a una compañera a mi lado, pero esto me costó la otra compañera de mi vida, es una culerada, pinche vida mierda, tanta jodida vida para seguir juntas y mis actos, la circunstancia, la historia, todo se la llevó, me la quitó. Ya no puedo más, mi vida me reclama parar, dejar de dar vueltas tan idiotas y volver a mí, y aquí estoy, aquí soy. Duele, no lo había sentido así y duele demasiado, ¿Dónde estuvo guardado este dolor?.

No me caigo, no me desmorono, estoy tirada, sí, pero no me desmorono, solo necesito respirar para poder seguir. No sé dónde estoy pero tengo que seguir. Háblame.

viernes, 10 de junio de 2016

Lactando orgasmos

Es inevitable para muchas personas prejuiciar y criticar sin más mis deseos de seguir dando pecho a mi hija, en muchos casos se trata de que "mi leche ya no sirve" (claro el cuerpo y la naturaleza son idiotas), o que "le va a hacer daño la chichi después del año" (vaya a volverse lesibiana o pervertida, como la madre), que si ya tiene dientitos (será que les preocupa mi bienestar y no quieren que me muerda), que si ya come de todo (la leche materna es parte de "todo", supongo). Pues bien gente, otra razón para que enjuicien, atendiendo a su moral, cuando doy chichi me orgasmeo.

Para mí es inevitable sentir harto gusto y deseo de darle la teta a cada rato a mi hija, y sí, a cada rato pues de repente la agarra como "shot" de lechita después de un rato de juego, o cuando esta haciendo berrinche o se encuentra molesta o triste (porque sepan que les bebés si tienen sentimientos y no son solo entes manipuladores de padres y madres). Me encanta sobre todo darle lechita en las noches, para dormirla, en la penumbra de mi habitación, después de un rico bañito relajante, después de darle un masajito con aceite de lavanda y darme uno yo también, ese rico momento en el que sé que me toca descansar la espalda, los pies, y me puedo recostar  a su lado a escuchar su blas blash gush gush y sentir sus caricias en mi cara, en la chichi que tiene libre y ahí comienza todo.

Tanta oxitocina y prolactina corriendo en mi cuerpa y hacia la cuerpa de mi guagua, ese momento amoroso que vamos construyendo noche con noche, es el marco perfecto para llegar a ese punto de gozo poderoso, de éxtasis y placerque mi cuerpa entera siente, y retiembla. Comienza con esa sensibilidad en la teta que succiona mi niña, el saber que le transmito alimento y amor, comienza a recorrer mi cuerpa, me tiene en una plácida comodidad entre las almohadas, le huelo el cabello, su olor es delicioso, sus manitas me siguen acariciando, voy sintiendo ese placer por toda la cuerpa, ese pequeño recorrido de sensaciones desde la cabeza hasta los dedos de los pies y llega, ahí esta esa pérdida de conciencia del tiempo, del espacio, del mundo exterior, somos ella y yo juntas, creciendo, gozando, compartiendo, sintiendo, me sonrío y ella me ve y se sonríe, me acaricia la boca y claro, mete sus deditos en mi boca.

Todo ello que he sentido a lo largo de poco mas de un año mientras lacto a mi Leona solo le puedo dar un nombre: orgasmo.


domingo, 15 de mayo de 2016

Transformaciones: El embarazo


De las transformaciones que mi vida va teniendo, transitando y transitada esta el dar vida, el volverme compañera y guía, maternar.

El proceso del embarazo ha sido una experiencia genial, sin duda digna de repetir (sin embargo no deseo ser madre de otro ser humano). Desde que me enteré que estaba embarazada le he llamado a Ema, quien fue mi partera y apoyo en muchos temas respecto al embarazo, parto, postparto y cuidados iniciales de bebé.

A ella la conocí cuando fue a hablar sobre familias lesbomaternas en un diplomado de derechos LGBTTTI, ahí ella dijo que estudiaba para ser partera, cosa que me quedé muy grabada pues, entre mis deseos de ser mamá, tenía como plan que fuera a través de parto natural, no quería ingresar a un hospital. 

Total que la contacto, nos vemos y comenzamos a llevar un seguimiento amable, relajado, con información y revisiones de mi estado de salud, emocional, social, y con lecturas que me aportaron mucho para saberme segura y lista aunque acabara de fallecer mi mamá.

La ocasión que sentí que pude vivir violencia obstétrica fue al asistir a las consultas del IMSS (pues para la incapacidad laboral se requiere asistir al menos 5 consultas médicas), quizá puedan decir que he sido una alarmista respecto al por qué me sentí violentada pero, el que llegara al seguro y señalara que era madre lesbiana soltera fue un punto para que el discurso y trato cambiara, la médica que me atendía dejó de decirme señora y comenzó a decirme "chamaca", y me daba los cuidados como si me estuviera regañando, yo fuera idiota y no entendiera lo que me dice, y cuando le señalé que iba a ser parto en casa la situación se puso algo más intensa, sin embargo para este entonces ya tenía mi incapacidad aprobada y simplemente ignoré lo sucedido.

Ya hacia las ultimas semanas me la pasé en mi departamento con visitas de algunas amigas que estuvieron atentas a mi proceso (considerando que vivía en ese entonces sola en el departamento, era necesario).




Hice planes de quién estaría conmigo cuando naciera mi Leona, aunque fue un poco decepcionante el que los planes que hacía se vinieran abajo, mi hermano no quería estar ni presente ni cerca (nunca he hablado con él sobre la razón que lo llevó a esta decisión), no tenía mucha familia cercana a quien poder recurrir, y me intenté refugiar en la compañía de mis amigas, sin embargo siendo de grupos lésbicos poliamorosos que no consideran la maternidad en su presente o futuro inmediato sentía que no comprendía mi necesidad de presencia, y estaban pero no estaban, yo tampoco entendía como iba pasando esos días, y tampoco sabía expresar las necesidades que tenia.

Todo el proceso lo acompañé también de mi psicóloga – YEX-, quien fue un aporte muy grande para poder superar la situación d violencias que llevaba yo arrastrando con el progenitor de mi beba.

Leonora nació a la semana 41, llevando yo dos semanas de espera, aunque con cierta sensación de no querer que saliera, en tanto la comodidad, satisfacción y placer que me daba tenerla en mi vientre crecía, pues entre más crecía ella, más se movía, más espacio ocupaba y ufff, cuando rozaba con mi parte baja del vientre aaaaaaaah que humedades. Sin duda, un embarazo húmedo y muy placentero.




domingo, 8 de mayo de 2016

La maternidad no es un instinto


No, la maternidad no es un instinto, no es algo que "me nace por ser mujer, tener vagina y chichis pa dar leche", no es un deseo que tarde o temprano te llega y, si no le atiendes te frustra la vida, no es la sublimación más grande que en el género contamos.
Es una elección, es -tristemente en muchos casos- una obligación, una circunstancia social que se esconde tras el velo del instinto.
Los cuidados que damos a les hijes no vienen de algo innato que tenemos en la médula o una especie de carga genética que viaja en la sangre, es sentido común, en raciocinio.
El amor que brindamos también es algo construido, es algo que día a día trabajamos, algunas, como es mi caso, desde años de deseo de maternar hasta ver cumplido el plan, otras durante el proceso de gestación, algunas más en el primer contacto con ese ser, otras más aman poco a poco al pasar los años y otras tantas nunca amarán a ese ser, y eso no las convierte en malas personas, las circunstancias sociales sí, el obligarlas a parir, a criar, a llevar a un hije como lastre sí, por esto en el día de las madres, sigo defendiendo el derecho a abortar, (Veracruz no jodas con tus leyes a las mujeres).
También es necesario defender y seguir vindicando los derechos que todas quienes parimos y maternamos (no necesariamente ambas cosas juntas) tenemos, elegir un embarazo y un parto libre de violencia obstétrica, donde se respete nuestro deseo, donde se nos asegure un seguimiento sano a nuestro proceso, donde se nos permita al parir, pegarnos a la chichi a nuestra cría, o darle el biberón si la madre no desea lactarle, pero que sea elección y no imposición.
Hay que defender el derecho de acomodar nuestra crianza a como nos dé el deseo, nos dé la vida y el entendimiento, sea con apego, tradicional, autoritario, permisivo, democrático o el que les venga en gana y salud.
Se necesita seguir en la lucha donde se evidencíe cómo es que las mujeres y las madres hemos sido la base de sostén y crecimiento del capitalismo patriarcal que se alimenta de los trabajos de crianza y cuidados no remunerados, por no ser reconocidos como trabajos, y que se comience a virar a una sociedad que respete, reconozca y genere las herramientas y los espacios para que las madres, en toda nuestra diversidad podamos llegar a una real conciliación de la vida laborar y la vida familiar.
Seguir en la batalla para eliminar las violencias hacia las mujeres, hacia las madres, esas violencias que se viven dentro de las familias, aquellas que cuando se dencunian en un MP, terminan con frases como "pues si no trae moretones, ¿qué denunciamos?" "Cómo la va a violas si es su marido"
Tanto trabajo que falta en estos temas como para ocultarlos tras un ramo de flores, unos chocolates, la burla del utensilio de cocina... como volver a decir, esto es parte de su instinto materno.


martes, 19 de abril de 2016

Nocturna I

La vida no espera,
una fluye
o se resiste
o se vuelca como en olas,
pero una sigue,
y la vida sigue, nunca espera.

Me estoy meciendo,
lenta, calmada, angustiada,
nada me mueve
           -tan alterada quietud-
La calma me abruma,
la misma que me petrifica.

Soledad tan amada,
no deseo compartirle mi ansiedad
no deseo mostrarle un camino fiero
la vida nunca fue tan dura
                     -ella siempre estuvo a mi lado-
y se fue.

Me tengo y me tiene.

Soy como piedra,
lenta crece y lenta se consume.

¿Sabes donde estoy?
Me busco, me llamo, me ignoro.

Grita, grita y llama, implora por mi,
soy una, pero ya nunca la misma.
Transformada y virtuosa
me he vuelto tan ignorante...

Sigo siendo

sus pasos, cada paso, somos
y mi soledad va y viene
es nuestra eterna compañía
hasta el fin.


martes, 29 de marzo de 2016

Despedidas felinas, tristes despedidas.

Va pasando el tiempo, cada quien sabrá si éste le toma por sorpresa, s estanca en viejos demonios o se deja fluir con él. Nunca se detiene eso es seguro, y en este transcurso yo, Alegría me reflejo en diversos espejos, entre construcciones feministas, maternales, lactarias, de exclusión voy viendo como va mi vida, ya nuestra vida, pues si bien mi amora compañera de viajes, mi madre, partió hacia el Mictlán, con su partida ha llegado nueva vida a mí. Leonora es parte de mí, soy lo que ella va siendo en su crecimiento, en su ser, siempre algo de ella será parte mía, y por tanto mis reflejos y mi camino se vuelven mutuos.

Hoy regreso, después de algunos meses de ausencia a seguir compartiendo mis ideas, mis mundos, a explayar mis miedos, ansiedades, angustias, deseos... mi ser entero.

Hoy es un día particularmente duro, han partido en adopción Aura y Maga, mis hijas felinas, mis primeras niñas que, a lo largo de casi cuatro años acompañaron mis soledades. Ya no pude ser capaz de darles esa atención que tuvieron en todo este lapso del camino, veía en sus miradas esa tristeza de no estar a mi lado, de no ser a quienes acariciara todas las mañanas, de ya no dormir en mi pecho, entre mis piernas todas las noches, de no sentarse en mí al ver una película o de escuchar por largo rato mis tristezas y gozos. Nunca pude volver a ser para ellas quien fui. PArtieron a un bonito y buen hogar, han prometido amarlas y mimarlas como lo he hecho, confío en que todo el tiempo que esperé para poder  encontrarles un buen hogar tenga sus frutos. Viendo a los ojos a su nueva adoptante tengo la certeza de haber acertado en la elección.

Hoy lloro, es triste, pasaré este duelo, mis niñas felinas ya no están conmigo, ahora ellas seguirán siendo amadas.

Meme

Maga

Aura

Mis primeras hijas