miércoles, 21 de mayo de 2014

Instrucciones para amar a una mujer

A una mujer la debes amar por partes. Lo físico debemos saber ante todo que todos los labios son para besar y ser besados, succionados, mordidos, chupados, y cuando hay problemas de amor, curados. Toda piel que tenga la mujer (expuesta o no) es para ser tocada, acariciada, hacerla sentir que esa piel es la entidad más suave, bella, sublime que podemos alcanzar en el instante. Siempre será necesario contar y medir, cuántos lunares tiene la espalda, cuántos besos hay entre pezón y pezón, cuantas nalgadas para humedecerla, cuántas miradas enamoradas para el sosiego del corazón (sí, enamoradas, de esas en que parecemos un borreguito que busca a su madre a media noche).
Después podemos comenzar por el intelecto, no es por tener siempre algo que contar, por demostrar cuán viva es nuestra vida social y académica, pero si es necesario reconocernos y dejar ver que nuestro mundo se complementa en cada discusión, que los celos nos hacen evidente la necesidad que ella tiene, el capricho que en el momento desea sea cumplido, se debe saber la perversión llevada al punto máximo cuando las palabras vuelan hacia sus oídos. Tocar la noche entera con la voz a esa mujer te dejará el camino abierto para trascender en su imaginación, y que maravilla poder ser ese recuerdo que le viene a la mente cuando se masturba dulce o salvajemente. Mas no hagas bulla de un intelecto o de alguna lectura poco usual pues quien es soberbio solo enamora a su propio ego, y por tiempo limitado.
El siguiente punto, y al cual llegamos siempre de manera inadvertida es estar en aquel espacio luminoso de su mente, te sabes en trascendencia cuando el día entero la imagen de aquella mujer te sublima las acciones más cotidianas, y al llegar a verla, sus ojos reflejan la misma sensación, el mismo sentimiento, un día entero pensándose al unísono. A eso quizá le quisiera llamar amor.

(21052014)

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