La noche se tiñe obscura
por el canto de los grillos,
el cual lleva oculto
los lamentos reprimidos
de la tribu de Arimathea,
hijos de morales infundadas
por un Dios rencoroso y vengativo,
lleno de cólera al mal servidor
y al ciervo traicionado
por creencias burdas,
deshechos de lo que el "hombre" dejó.
Ahora la humanidad afora a su ser
e inflige para llegar a un tal cielo prometido,
pero no hay rastros de él, y se entregan
a una locura patológica, banal y vacía,
por cierta necesidad de llenar huecos vitales
como lo son sus creencias sin fundamentos.
Pero yo no seré quien realmente
vea la verdad, que acaba siendo propia
y no seré quien se las mostrará,
pues odio desde tiempo atrás me tienen
y solo necesito ser la chispa para que
aquellos incendiarios de sus bosques
se revelen contra sus creadores,
contra sus morales mal hechas,
producto de la necesidad de controlar,
y que lleguen a vanagloriar a Sodoma y Gomorra,
reflejo de nuestra sociedad,
pues lleva su pasado lleno de pecado
y con un suceso de curiosos muertos,
y nombrar a Loth como el salvador
y no poner al sexo ni al incesto como pecado
ni palabras prohibidas sin razón,
solo ser quien he formado
utópicamente en mi imaginación,
formando un nuevo mundo
parecido a lo que tenemos, no hay más,
lleno de dicha y negación.Alegría Martínez
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