Los duelos son fuertes, son procesos
necesarios pero el saber afrontarlos no es fácil, muy por el contrario siempre cuentan con singulares obstáculos psicoemocionales para impedir cerrar el círculo. Sin
embargo si el duelo es con una persona que solamente se alejó mas no murió,
quizá el dolor puede ser mayor -la falta de respuestas ante varios escenarios distintos a la ausencia corporal es tan amplia-, que carcome las noches de ansiedad.
No saberse ni ubicarse
cuando el mundo se ha movido.
Ver la felicidad de esa distancia es natural,
aunque siempre en el duelo de un alejamiento hay una persona que pierde más, a
veces no piensas en que serás tú. No se piensa en ansiedad y mucho menos se piensa en todo lo que se perdió, hasta que sientes la carencia, el espacio infinito en tu ser.
y después, nada. Solo queda apechugar y seguir andando, no martirizarse es una buena solución pero que el destino te restriegue lo perdido, lo ausente, lo invalorado y lo que eres, y que sigas sintiendo ansiedad, podrá corroer todo tu ser, pero te hará fuerte -nunca invensible-, simplemente fría y triste y solitaria, como tanto lo habías deseado.
Soledad es igual que independencia,la había deseado y conquistado en el transcurso de largos años. Resultaba fría, ¡oh sí!, pero también quieta, maravillosamente quieta y grande como el espacio frío y silencioso en el que giran las estrellas.
Der Stepenwolf
HH
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