jueves, 7 de mayo de 2020

Cuarentena a toda madre: Un día de canabimom


Pues mi nombre es Alegría Martínez e i3nicialmente pensé este escrito como una catarsis en torno a la dinámica que la cuarentena nos ha dejado al interior del hogar, considerando que ahora los ámbitos externos, aquellos que se mueven de las puertas de la casa hacia afuera, ahora ha sido posicionado dentro del espacio privado, donde nos invade el escrutinio externo, me planteé mejor hacer una cotidianeidad en papel, y pues la verdad aprovecho un zoom de oficina para comenzar este escrito, comenzaré a referenciar el día que escribo, y desmenuzar quizá, las diversas posibilidades que existen en torno a cómo vivir esta “Jornada Nacional de Sana Distancia” jajajaja pinche nombre mamón, la verdad.

Pues la vida comienza, hoy lunes 4 de mayo, a las 08:00 hrs. más o menos, que es el horario en el que se despierta la hija, y por ende, yo también. A veces me niego a despertarme a esa hora, pero si me niego deriva en un incansable insistir de cada 3 minutos, con deditos abriéndome los párpados, hasta que a las 8:45 termino haciendo desayuno y revisando el whatsapp para ver si hay reunión de la chamba, hay algo urgente que requiera la conexión mañanera o si puedo comenzar la chamba cuando ya pase el horario de convivencia con la cría (o sea ¿neta?, que pase mi tiempo de estar con ella cuando vivo con ella y estamos juntas 24/7?, me suena a una burla a las personas involucradas en cada hogar, en esta dinámica). Hoy particularmente hay reunión.

09:00 am, pues ya estamos sentadas desayunando, platicando de qué haremos en el día, cómo nos entretenemos, y ahí aprovecho para ponerle las actividades educativas como parte de sus juegos.

09:50 ya estamos en el trajín de llevar los platos a lavar y comienza mi destino de Sísifo, mi eterna roca que cae y llena el lavabo de trastes para lavar. Lavo, platicamos, ella pide más comida, y comienza una danza continua e infinita y de blooper a veces, para saquear el refrigerador por parte de mi changa.

Ya a eso de las 10:50 me metí a darme una ducha rápida para conectarme a la reunión con cabello decente (obviamente primero salgo corriendo a la jardinera a darme un toquesito mañanero), porque el greñero mañanero es normal acá entre nos, con la banda también, pero a la oficina pues hay que dar esa otra imagen ¿no?, o sea una es fodonga pero no greñuda, o bueno sí, pero intencionalmente hecho, no así de me levanto y nada me interesa. Total que a las 11:05 acabo de bañarme, lo disfruté muchísimo porque me di un toque de mary antes de entrar a la regadera y pues genial.  Ya se me hizo tarde para la reunión, entro a las 11:09 y pues, se me olvidó cepillarme el cabello y entré normal, como diario ando pero bañada J

La junta terminó a las 13:58, eterna que se hizo, y más allá de lo revisado laboralmente, pues el hecho de que nos pidieran hacer llamadas con la cámara encendida  pues siempre mostrará cómo tengo una changa brincando y trepándome todo el tiempo, se me subió mientras estaba hablando de mis actividades en home office, a mis hombros, digamos que es un buen circo verme en las reuniones online. Un tema que me llama mucho la atención en las reuniones es que, de 10 personas que ahí estamos, 3 somos críadorxs, o sea un papá y dos mamás. 

El papá (que además es el Subsecretario) nunca he visto que tenga problema alguno de convivencia e interferencia en las reuniones por parte de su hija. Por lo contrario, de las dos que somos madres, vivimos entre los gritos, los brincos, la pedida de atención de las crías en plena reunión. También es cierto que mientras que el resto del equipo busca el espacio más lindo y acomodado de su casa para sentarse a hacer la video llamada -ya sea un fondo combinado con flores de interior bien cuidadas, una inmensa biblioteca, un librero modesto con florero, una pared blanca impecable-, las que somos mamás, buscamos el espacio menos tirado, menos conflictivo, más alejado de las crías porque la casa es una torre de babel, o una hecatombe de playmobil y bloques, o el pantano apestoso de una criatura mítica en cuarentena de 5 años… y busco entonces la pared menos grafiteada.

Después de eso, con más pendientes acumulados de chamba post reunión, comencé la labor de hacer la comida, pues ya pasan de las 14:00 hrs. Me dedico a hacer un alambre y a las 14:49 ya estoy pidiendo a la changa que se salga de su bunker de la sala y comience a ayudarme a limpiar la mesa. A estas alturas de la cuarentena una asume que los barcos pirata y las alas de hada son parte del escenario cotidiano, y pasa de la cocina al comedor, sorteando infinidad de juguetes e intentando no pisar a un gati.

A las 16:03 por fin doy por terminada la ardua labor de comer en la mesa “como gente decente”, y ella apila los platos en la bajada de roca de Sísifo, y a lavar. Ya siendo las 16:30 me siento de nuevo a escribir, pero abro el whatsapp y ya tengo 116 mensajes y pues se retrasa una vez más el proceso de escritura, y correo actualiza una base de datos, escríbele a tu equipo a ver como comienzan la semana -´porque es importante cuidar al equipo, aunque no haya tiempo de cuidarse a sí misma-.

Ya me dieron las 18:00 horas y apenas comienzo a abrir los 3 documentos que tengo que continuar, los 2 pendientes por revisar y claro, los gatos maullaron y quieren relleno de su platito y agua limpia y la hija comienza a traer los platos a la mesa, yo voy por las croquetas, lavo los platitos, los baja y ya se acercan las 19:00 hrs y suena la alarma para que encienda el boiler y a bañar, pero primero la cena.
Ya a las 19:20 nos sentamos para cenar bonito, a las 19:35 ya se para, le pido que recoja sus juguetes y comenzamos con la recogedera, claro la hacemos en conjunto porque si no, no lo hace. La alarma en el cel nos anuncie que hay que bañar a la ogra apestosa del pantano y convertirla en princesa que cepilla de noches su cabello y le canta a la luna misteriosa (porque es la rola del Mastuerzo que mamá pone a cada rato y que la cría se aprendió, ya ven, le gusta el romanticismo de barrio).

A las 20:05 ya está la tina lista, yo sigo respondiendo whatsapps, ya comenzaron las amistades a preguntar si sigo aquí, si sigo viva, si la cría está bien, si muchas cosas pero les dejo en visto porque no tengo tiempo de eso, hay que bañar a la niña. “Mamá, mis juguetes”, y es que olvidé poner los juguetes en la tina. La dejo ahí jugando, realmente necesito un fume y me salgo a la entrada principal por un toque, me meto entre miraditas de lxs vecinxs porque “Uy, ya le queman las patitas al diablo otra vez”.
A las 20:30 sale de la tina, lavamos los dientitos, ponemos cremita y pijama, nos acostamos a leer y a las 21:02 por fin, después de un cuento, una historia (uno es leído y la otra es narrada), unos pellejitos en la panza, cae la Leona dormida, literalmente.
A las 21:15 por fin me siento de nuevo frente a la compu. Ignoro todo mensaje que no sea de la chamba en lo que puedo comenzar a hacer los pendientes. Pongo música y a eso de las 02:05 se escucha de fondo “mamáaaaaaa, ¿dónde estás?”. Le doy “guardar” al documento y corro a la habitación a calmarla, cosa de 10 minutos.
Salgo a las 02:30 am y ya no quiero seguir revisando más cosas de chamba, pero tampoco tengo sueño y me doy otro toque y la demonia de la escribidera me brota y pues traigo en la mente una novelita lencha y me fluyen las ideas en el papel (la verdad no me sale nadita escribir esto en la compu), y pues cuando me doy cuenta ya son las 04:30 y guardo a regañadientes las plumas y la libreta, veo el piso sucio y pienso que por la mañana la hecatombe.

A las 5:13am por fin cierro el cel y apago los audífonos, el piso está limpio, y yo muy cansada y duermo por fin.

Sumando a la odisea de esta cotidianeidad, que pareciera a veces torbellino y a veces remanso, noto en varios momentos como si mis tetas estuvieran produciendo leche de nuevo (desteté a la fiera en diciembre de 2018, cuando ella tenía 3 años 7 meses (porque los meses son taaaan inmensamente importantes en las crías pequeñas), parece que siento picazón por dentro de la teta y también siento como chorrea leche por ellas, incluso hasta siento mojada la playera hasta la panza, mas cuando me fijo, no tengo nada. Tetas secas, panza seca, playera seca, pero descubro que la cría está muy cerca de mí, que puedo oler su cabecita, que puedo sentir su pielecita pidiendo abrazos y caricias y a casi año y medio de no volver a ver mis tetas derramando leche, siento de nuevo esa conexión que la distancia Godín nos arrebató, y ahora me niego a salir de mi encierro, pienso que es viable nunca salir mas que a lo necesario y vivir de home office, es mi actual paraíso.

Claro que trabajo para no endiosar más que lo suficiente a mi paraíso actual, solo lo necesario para hacerlo feliz y fluyente, pero que no crea que descubro nuestro paraíso como para elegir el camino del erizo y no tener el valor para salir al mundo de nuevo.

Escrito por Alegría Martínez Roa, lesbiana, feminista, canábica, criadora de una fierecilla indomable para la convocatoria de "Cuarentena a toda madre" realizada por La tribu. Maternidades feministas.




viernes, 17 de abril de 2020

Maternajes en cuarentena 2020

Llenando una encuesta sobre dinámicas domésticas en la Cuarentena, me salió la reflexión de que considerando que la relación que más presente tengo es con mi hija y es una niña pequeña, a la cual creía conocer porque "cómo una madre no va a conocer a su hijita", una niña que antes de la pandemia, me pedía tiempo con ella previo, ha sido muy favorable la dinámica ahora llevada.
En mis primeros días si era extraño que después de una semana siguiéramos tan juntas, y me cansaba mucho anímica, física y mentalmente porque no la entendía tan bien, y apenas tiene 4 años, pero ahora somos muy muéganos, sé sus gustos, sus humores, sus ideas locas, que es buenísima en lo físico, que le tenía miedo a las brujas (ya noooo). Ella me conoce mucho ahora, me está retando mucho en algunas cosas, pero también ya asimila cosas que no había podido lograr, como una solicitud en torno al orden, me dice que le encanta que la bese, y ella ya sabe que odio que me chupe, ya le estoy poniendo otros límites que ni siquiera veía que no tenía. La sinergia está siendo muy chida, con sus dramas y berrinches, pero veo también que le gusta el drama, que a veces ella propicia el drama, entonces le estoy intentando inducir el gusto por el teatro, yo realmente no lo tengo, pero creo que el teatro o la actuación le pueden apoyar a que el drama sea algo consciente y no parte de una dinámica en una relación.
Me está encantando estar en la cuarentena, eso no le quita lo pesado, pero nos estamos conociendo y creciendo día a día. La verdad ahora si me pregunto cada vez más, como vamos a hacer para regresar a los espacios públicos, porque yo no quiero volver a negociar este conocer al ser humano con quien comparto mi vida, pero mi esquema laboral/económico actual me obliga a estar muy allá. Tantos replanteamientos que me van a llegar, la verdad si me da miedo también, no quiero dejarla y pues sí, hasta nuestros enojos los estoy disfrutando.
Y bueno sobre la imagen, pues si he escuchado a hombres que dicen eso de sí mismos, pues me queda claro que su privilegio no les deja mirar que el crecimiento es diario, así también la deconstrucción.

miércoles, 8 de abril de 2020

Conectando con la hija... en tiempos de cuarentena

Hoy les escribo desde la mamá, mamífera que soy.

Hoy fue especialmente cansado porque tuve 5 reuniones de trabajo y la cría brincando por todo mi cuerpo mientras intentaba explicar las actividades que está haciendo mi bandita, y decidí subir la cámara, sonreír y acostarme a la niña, me revoloteaba en la chichi y le di a chupar, me incomodó al inicio pero la calmó. Tiene más de un año que dejé de dar tetita, pero esta cuarentena, con esta situación a su alrededor, a más de tres semanas de aislamiento, y que medio le voy explicando con lo que también le aterrizo, en lo que trabajo, en  lo que limpio, en lo que cocino, en lo que seguimos pues, y ella hace su parte, pero si no le hago caso como que deja de hacerlo, estamos muy muéganos pero es desgastante, como cuando eran los terribles dos, y por eso fue que le di teta.

A veces también cuando se pone muy densa, como si me picara el pezón y quisiera decirle, mira, aquí está tu tetita, para calmarla, pero nooo, solo que hoy si lo vi necesario.
Hace rato para dormir (le sumamos el segundo día de la reajustada del cambio de horario) intentó pegarse pero no quería yo. La retiré y le dije que respetara mi decisión (ayer hablamos de qué es el respeto y su importancia jajaja estuvo buena la plática, me confrontó a mi también jaja casi lloro) al final aceptó solo agarrarla y besarla para dormir.
La cría es feliz de estar conmigo todo el día, de buenas de malas como esté, pero conmigo, sobre mí, a mi lado, debajo. En muchos días y horas del día es una sinergia chingona, pero también me deja sentir a cierta hora el cansancio, físico y emocional, por ser un ejemplo de trabajo constante de herramientas emocionales. Hoy quedo agotada, ahorita tuve tiempo de sobra, ya es otro día es más, hoy es 7 de abril del 2020 y son las 01:02 am… Les abrazo y quisiera oír sus historias, sus catarsis, porque hoy es martes ya.

#Cuarentena2020 #Covid19 #Pandemia #MamáMamífera #LessMadre