domingo, 15 de mayo de 2016

Transformaciones: El embarazo


De las transformaciones que mi vida va teniendo, transitando y transitada esta el dar vida, el volverme compañera y guía, maternar.

El proceso del embarazo ha sido una experiencia genial, sin duda digna de repetir (sin embargo no deseo ser madre de otro ser humano). Desde que me enteré que estaba embarazada le he llamado a Ema, quien fue mi partera y apoyo en muchos temas respecto al embarazo, parto, postparto y cuidados iniciales de bebé.

A ella la conocí cuando fue a hablar sobre familias lesbomaternas en un diplomado de derechos LGBTTTI, ahí ella dijo que estudiaba para ser partera, cosa que me quedé muy grabada pues, entre mis deseos de ser mamá, tenía como plan que fuera a través de parto natural, no quería ingresar a un hospital. 

Total que la contacto, nos vemos y comenzamos a llevar un seguimiento amable, relajado, con información y revisiones de mi estado de salud, emocional, social, y con lecturas que me aportaron mucho para saberme segura y lista aunque acabara de fallecer mi mamá.

La ocasión que sentí que pude vivir violencia obstétrica fue al asistir a las consultas del IMSS (pues para la incapacidad laboral se requiere asistir al menos 5 consultas médicas), quizá puedan decir que he sido una alarmista respecto al por qué me sentí violentada pero, el que llegara al seguro y señalara que era madre lesbiana soltera fue un punto para que el discurso y trato cambiara, la médica que me atendía dejó de decirme señora y comenzó a decirme "chamaca", y me daba los cuidados como si me estuviera regañando, yo fuera idiota y no entendiera lo que me dice, y cuando le señalé que iba a ser parto en casa la situación se puso algo más intensa, sin embargo para este entonces ya tenía mi incapacidad aprobada y simplemente ignoré lo sucedido.

Ya hacia las ultimas semanas me la pasé en mi departamento con visitas de algunas amigas que estuvieron atentas a mi proceso (considerando que vivía en ese entonces sola en el departamento, era necesario).




Hice planes de quién estaría conmigo cuando naciera mi Leona, aunque fue un poco decepcionante el que los planes que hacía se vinieran abajo, mi hermano no quería estar ni presente ni cerca (nunca he hablado con él sobre la razón que lo llevó a esta decisión), no tenía mucha familia cercana a quien poder recurrir, y me intenté refugiar en la compañía de mis amigas, sin embargo siendo de grupos lésbicos poliamorosos que no consideran la maternidad en su presente o futuro inmediato sentía que no comprendía mi necesidad de presencia, y estaban pero no estaban, yo tampoco entendía como iba pasando esos días, y tampoco sabía expresar las necesidades que tenia.

Todo el proceso lo acompañé también de mi psicóloga – YEX-, quien fue un aporte muy grande para poder superar la situación d violencias que llevaba yo arrastrando con el progenitor de mi beba.

Leonora nació a la semana 41, llevando yo dos semanas de espera, aunque con cierta sensación de no querer que saliera, en tanto la comodidad, satisfacción y placer que me daba tenerla en mi vientre crecía, pues entre más crecía ella, más se movía, más espacio ocupaba y ufff, cuando rozaba con mi parte baja del vientre aaaaaaaah que humedades. Sin duda, un embarazo húmedo y muy placentero.




domingo, 8 de mayo de 2016

La maternidad no es un instinto


No, la maternidad no es un instinto, no es algo que "me nace por ser mujer, tener vagina y chichis pa dar leche", no es un deseo que tarde o temprano te llega y, si no le atiendes te frustra la vida, no es la sublimación más grande que en el género contamos.
Es una elección, es -tristemente en muchos casos- una obligación, una circunstancia social que se esconde tras el velo del instinto.
Los cuidados que damos a les hijes no vienen de algo innato que tenemos en la médula o una especie de carga genética que viaja en la sangre, es sentido común, en raciocinio.
El amor que brindamos también es algo construido, es algo que día a día trabajamos, algunas, como es mi caso, desde años de deseo de maternar hasta ver cumplido el plan, otras durante el proceso de gestación, algunas más en el primer contacto con ese ser, otras más aman poco a poco al pasar los años y otras tantas nunca amarán a ese ser, y eso no las convierte en malas personas, las circunstancias sociales sí, el obligarlas a parir, a criar, a llevar a un hije como lastre sí, por esto en el día de las madres, sigo defendiendo el derecho a abortar, (Veracruz no jodas con tus leyes a las mujeres).
También es necesario defender y seguir vindicando los derechos que todas quienes parimos y maternamos (no necesariamente ambas cosas juntas) tenemos, elegir un embarazo y un parto libre de violencia obstétrica, donde se respete nuestro deseo, donde se nos asegure un seguimiento sano a nuestro proceso, donde se nos permita al parir, pegarnos a la chichi a nuestra cría, o darle el biberón si la madre no desea lactarle, pero que sea elección y no imposición.
Hay que defender el derecho de acomodar nuestra crianza a como nos dé el deseo, nos dé la vida y el entendimiento, sea con apego, tradicional, autoritario, permisivo, democrático o el que les venga en gana y salud.
Se necesita seguir en la lucha donde se evidencíe cómo es que las mujeres y las madres hemos sido la base de sostén y crecimiento del capitalismo patriarcal que se alimenta de los trabajos de crianza y cuidados no remunerados, por no ser reconocidos como trabajos, y que se comience a virar a una sociedad que respete, reconozca y genere las herramientas y los espacios para que las madres, en toda nuestra diversidad podamos llegar a una real conciliación de la vida laborar y la vida familiar.
Seguir en la batalla para eliminar las violencias hacia las mujeres, hacia las madres, esas violencias que se viven dentro de las familias, aquellas que cuando se dencunian en un MP, terminan con frases como "pues si no trae moretones, ¿qué denunciamos?" "Cómo la va a violas si es su marido"
Tanto trabajo que falta en estos temas como para ocultarlos tras un ramo de flores, unos chocolates, la burla del utensilio de cocina... como volver a decir, esto es parte de su instinto materno.