La vida no espera,
una fluye
o se resiste
o se vuelca como en olas,
pero una sigue,
y la vida sigue, nunca espera.
Me estoy meciendo,
lenta, calmada, angustiada,
nada me mueve
-tan alterada quietud-
La calma me abruma,
la misma que me petrifica.
Soledad tan amada,
no deseo compartirle mi ansiedad
no deseo mostrarle un camino fiero
la vida nunca fue tan dura
-ella siempre estuvo a mi lado-
y se fue.
Me tengo y me tiene.
Soy como piedra,
lenta crece y lenta se consume.
¿Sabes donde estoy?
Me busco, me llamo, me ignoro.
Grita, grita y llama, implora por mi,
soy una, pero ya nunca la misma.
Transformada y virtuosa
me he vuelto tan ignorante...
Sigo siendo
sus pasos, cada paso, somos
y mi soledad va y viene
es nuestra eterna compañía
hasta el fin.
