Soltar la vida, sin control dejarse ir con ella,
revivir, respirar libre,
la ansiedad siempre estará de segura compañera,
y ella, ella aprendiendo de mí, de mi ser en libertad.
Vamos de la mano vida mía, vida de mí,
vamos paso a paso siendo juntas caminos
- ya no es uno sólo el camino, soy compañera-
vamos siendo dos mujeres que se encuentran
en el resplandor y la travesía de vivir y amar.
Amor eterno a Leonora, siempre para ti.
De andares y convicciones la vida va, la vida llena de mi ser, y yo llenando mi espacio de manera imperfecta y total... Alegría Joplin León TransARTivista SOY
jueves, 10 de diciembre de 2015
jueves, 3 de diciembre de 2015
Retomando las letras - La maternidad p.1
Ya han pasado casi 7 meses que ha nacido mi Leona y hay tantas cosas que he dejado escrito solo en papel, desde el embarazo, la experiencia del parto, mis inicios en la lactancia, los placeres y sensaciones que llegan a mi vida, toda una experiencia para seguir narrando, y comienzo.
Mi embarazo ha sido muy húmedo, muy sexual, erótico y de deseos (a mi los antojos me llegaron por el placer erótico y no por el gusto de la comida). Desde que me enteré que estaba embarazada, aproximadamente 4 semanas después del fallecimiento de mi madre, una serie de cambios en mis planes se fueron realizando, comencé por replantearme el deseo de vivir en pareja (nunca lo tuve y se comenzó a dar este suceso sin que yo lo planear o lo pidiera), este sujeto se vino a vivir a mi departamento con el argumento de "ahorrar en gastos" para la bebé, lo que suponía un aligeramiento en la carga económica y un aumento en la actividad sexual, mas lanita mas sexo. Pero no señoras y señores, todo fue al contrario, mis gastos aumentaron pues a él no le alcanzaba por alguna razón para pagar por vivir en este depa, ni para pagar sus deudas, y sexualmente pues también todo fue mentira, monotonía y aburrición era lo que trajo consigo la vida en pareja.
Aunado a este cambio mi deseo sexual aumentó, no sé decir si fue un escape al duelo de mi madre, o si la locura hormonal me alcanzaba pero esas deliciosas y abrumadoras ganas de coger me invadieron, lo que me llevó a aumentar mis sesiones con un sumiso que mantuve a pesar de la "relación formal". Este sumiso (así es, soy practicante BDSM por si les queda duda) fue quien satisfizo desde 2013 hasta el final de mi embarazo (literalmente, un día antes de que naciera Leona) todos esos deseos, perversiones, antojitos y ansiedades. Respecto a mi pareja, ese deseo de "que eso funcionara" y siendo en mi concepción, lo sexual tema básico en una relación de pareja, comencé a desfogar mi deseo a través de la escritura, le realicé cuentos y poemas con propuestas que imaginaba realizaríamos al nacer mi hija, pero bueno, siempre llega la gran decepción o la necesidad de abrir los ojos, le pedí que se fuera de mi departamento, de mi espacio, de mi lado y de nuestra vida a los dos meses de vivir juntos. La vida en pareja no es para todos, y no es para mí.
Del embarazo fui descubriendo nuevas aficiones, fetiches, gustos y perversiones, en este periodo fue donde me convencí que mi erótico y mis prácticas sexuales favoritas son con mujeres, llegué a tener muchas prácticas con estos dos varones que no implicaban penetración pues el pene no se me antoja, aunque muchos varones encuentran deleite en complacer a una dómina berrinchuda y las mujeres no se acercaban mientras este primer varón que mencioné se encontraba cerca.
Mientras iba creciendo mi hija en mi vientre, las sensaciones aumentaban, nunca olvidaré esa deliciosa sensación cuando sentí que se comenzó a mover en mis entrañas y rozaba lentamente la parte baja de mi vientre, tan húmedo y excitante momento que me sucedió en un concierto en el Foro Alicia escuchando a León Chávez Texeiro (cantautor que nos gustaba a mi expareja Hugo ya fallecido y a mi, y del cual tengo recuerdos hermosos, quizá de ahí se derivó esa humedad y experiencia).
Mientras fue creciendo en mí esta hermosa, mis sensaciones se acrecentaban, así como las escapadas con el sumiso, tanta perversión y delicia por lo oculto, afición que no deseo dejar. Ya cuando llegaba a los 7 meses, comencé a sentir su peso contra mi pelvis, pero en lugar de resentirlo, solo podía relajarme pues cuando se movía me frotaba y estimulaba internamente y en menos de 10 segundos ya estaba mojada, esperando no parara ese movimiento. En este momento es cuando me comienzo a hacer la expectativa de qué podría ser el parto, tan extremo, tan caliente, tan lúbrico.
Mi embarazo ha sido muy húmedo, muy sexual, erótico y de deseos (a mi los antojos me llegaron por el placer erótico y no por el gusto de la comida). Desde que me enteré que estaba embarazada, aproximadamente 4 semanas después del fallecimiento de mi madre, una serie de cambios en mis planes se fueron realizando, comencé por replantearme el deseo de vivir en pareja (nunca lo tuve y se comenzó a dar este suceso sin que yo lo planear o lo pidiera), este sujeto se vino a vivir a mi departamento con el argumento de "ahorrar en gastos" para la bebé, lo que suponía un aligeramiento en la carga económica y un aumento en la actividad sexual, mas lanita mas sexo. Pero no señoras y señores, todo fue al contrario, mis gastos aumentaron pues a él no le alcanzaba por alguna razón para pagar por vivir en este depa, ni para pagar sus deudas, y sexualmente pues también todo fue mentira, monotonía y aburrición era lo que trajo consigo la vida en pareja.
Aunado a este cambio mi deseo sexual aumentó, no sé decir si fue un escape al duelo de mi madre, o si la locura hormonal me alcanzaba pero esas deliciosas y abrumadoras ganas de coger me invadieron, lo que me llevó a aumentar mis sesiones con un sumiso que mantuve a pesar de la "relación formal". Este sumiso (así es, soy practicante BDSM por si les queda duda) fue quien satisfizo desde 2013 hasta el final de mi embarazo (literalmente, un día antes de que naciera Leona) todos esos deseos, perversiones, antojitos y ansiedades. Respecto a mi pareja, ese deseo de "que eso funcionara" y siendo en mi concepción, lo sexual tema básico en una relación de pareja, comencé a desfogar mi deseo a través de la escritura, le realicé cuentos y poemas con propuestas que imaginaba realizaríamos al nacer mi hija, pero bueno, siempre llega la gran decepción o la necesidad de abrir los ojos, le pedí que se fuera de mi departamento, de mi espacio, de mi lado y de nuestra vida a los dos meses de vivir juntos. La vida en pareja no es para todos, y no es para mí.
Del embarazo fui descubriendo nuevas aficiones, fetiches, gustos y perversiones, en este periodo fue donde me convencí que mi erótico y mis prácticas sexuales favoritas son con mujeres, llegué a tener muchas prácticas con estos dos varones que no implicaban penetración pues el pene no se me antoja, aunque muchos varones encuentran deleite en complacer a una dómina berrinchuda y las mujeres no se acercaban mientras este primer varón que mencioné se encontraba cerca.
Mientras iba creciendo mi hija en mi vientre, las sensaciones aumentaban, nunca olvidaré esa deliciosa sensación cuando sentí que se comenzó a mover en mis entrañas y rozaba lentamente la parte baja de mi vientre, tan húmedo y excitante momento que me sucedió en un concierto en el Foro Alicia escuchando a León Chávez Texeiro (cantautor que nos gustaba a mi expareja Hugo ya fallecido y a mi, y del cual tengo recuerdos hermosos, quizá de ahí se derivó esa humedad y experiencia).
Mientras fue creciendo en mí esta hermosa, mis sensaciones se acrecentaban, así como las escapadas con el sumiso, tanta perversión y delicia por lo oculto, afición que no deseo dejar. Ya cuando llegaba a los 7 meses, comencé a sentir su peso contra mi pelvis, pero en lugar de resentirlo, solo podía relajarme pues cuando se movía me frotaba y estimulaba internamente y en menos de 10 segundos ya estaba mojada, esperando no parara ese movimiento. En este momento es cuando me comienzo a hacer la expectativa de qué podría ser el parto, tan extremo, tan caliente, tan lúbrico.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)
