A todas las personas que en algún momento desearon mi
silencio, ahora los he entendido pues al espejo me he mirado y observo lo
lascivo de la verdad que a bocasuelta expulso, lo duro que es decir la crítica
a sabiendas que no da cabida a ninguna mentira, mas pido comprendan que solo
platico mi verdad. Una verdad tan simple, tan sencilla que no la han entendido
aún, mas yo no me preocupo ni me causa ansiedad y mucho menos su ignorancia me
quita hambre y sueño pues mientras tenga presente que mi intención, ni inicial
ni ulterior, la única no sea causarles daño con lo que he dicho, los podré
dejar en paz, esto tómenlo –argumento a mi favor- como una consecuencia
irremediable.
No sientan por lo anterior alivio pues aunque quieran
ensordecer al primer timbre de mi voz, segura me encuentro que escucharán y que
si su orgullo o su ignorancia sangra piensen que va siendo el tiempo de cambiar
su moralina o quizás -tal vez a mi así a mí me pareció- su absurda realidad.
A fin de cuentas esta verdad es mía.