Déjame sentir cada noche un poco del paraíso que tu compañía
provoca en mí.
Déjame sentir incansables tus manos sobre mí,
tu cuerpo debajo, de lado, encima, y en todas partes.
Mírame abandonarme mientras el placer arde en mi vagina
y muero incontables veces antes de dar consuelo a mis deseos
de tenerte dentro.
Lámeme el alma, los labios enteros y déjame tenerte en todo
mi ser.
Déjame llenarme de ti, embarrarme de ti y quedar exhausta
por ti.
Déjame ser la peor perversión que te imaginas o que ni
siquiera te has imaginado.
Permite que esta loca descargue toda su imaginación en tu
cuerpo, en tus besos.
Déjame hacer catedral a tu respiración, despertarme de
madrugada solo para olerte
Mojar todo a mi alcance con solo sentir tu espalda junto a
mis pechos
y saberte dulce y plácidamente dormido a mi lado.
Déjame despertarte en varias mañanas con esta boca que tanto
te ama
y contarte esos sueños desesperados que llegan al imaginar
que te alejas de mí.
Permíteme reconocer cada parte de tu cuerpo, cada mirada y
humor,
cada sensación que te provoca alguna travesura, alguna
propuesta inesperada
y déjame sobre todo estar a tu lado el tiempo necesario
para que la vida misma me consuma feliz a tu lado.