Estoy sorprendida, entendiendo y entrando a la claridad... estoy cambiando, transformando, rediseñando (cuando es necesario)... estoy siendo yo, sabiendo qué es ser yo... ya no es necedad ni necesidad, estoy en vida viviendo... me declaro amorosa, alegre, risueña, exitosa, abundante....
tanto que soy que sé que puedo que veo que siento que juego que huelo que respiro que suspiro
QUE VIVO....
SOY ALEGRÍA
De andares y convicciones la vida va, la vida llena de mi ser, y yo llenando mi espacio de manera imperfecta y total... Alegría Joplin León TransARTivista SOY
lunes, 16 de enero de 2012
jueves, 12 de enero de 2012
El pueblo
Por decreto presidencial: el pueblo no existe.
El pueblo es útil para hablar en banquetes:
"Brindo por el pueblo de México",
"Brindo por el pueblo de Estados Unidos."
También sirve el pueblo para otros menesteres literarios:
escribir el cuento de la democracia,
publicar la revista de la revolución,
hacer la crónica de los grandes ideales.
El pueblo es una entidad pluscuamperfecta
generosamente abstracta e infinita.
Sirve también para que jóvenes idiotas
aumenten el área de los panteones
o embaracen las cárceles
o aprendan a ser ricos.
Lo mejor de todo lo ha dicho un mejor Ministro:
"Con el pueblo me limpio el culo."
He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:
un rollo de papel higiénico
para escribir la historia contemporánea con las uñas.
El pueblo es útil para hablar en banquetes:
"Brindo por el pueblo de México",
"Brindo por el pueblo de Estados Unidos."
También sirve el pueblo para otros menesteres literarios:
escribir el cuento de la democracia,
publicar la revista de la revolución,
hacer la crónica de los grandes ideales.
El pueblo es una entidad pluscuamperfecta
generosamente abstracta e infinita.
Sirve también para que jóvenes idiotas
aumenten el área de los panteones
o embaracen las cárceles
o aprendan a ser ricos.
Lo mejor de todo lo ha dicho un mejor Ministro:
"Con el pueblo me limpio el culo."
He aquí lo máximo que puede llegar a ser el pueblo:
un rollo de papel higiénico
para escribir la historia contemporánea con las uñas.
Jaime Sabines (1970)
Recordando, en estos tiempos electorales tan presente estas imágenes del pueblo mexicano, tan usado y tan pasivo...
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